Escasos visitantes ingresaron al templo
medio derribado,
alguien entonó un villancico,
nadie rezó su novena.
Sus hermanitos negros y blancos corren dispersos
arrancando de fuegos amigos y enemigos
y los cuerpos destrozados de sus padres
con sus manos frías,
inmóviles como tardes de invierno,
ya no los encontrarán.
¿Dónde está el niño de Belén
ese que era admirado por todos,
consolaba a los viejos
y fascinaba a los pequeños?
Tal vez tenga miedo de volver,
miedo de ver a los que antes fuimos niños,
al fuego cruzado de mentiras, injusticias
y al abandono de miles de pequeños,
muchos degradados por los que antes
subieron los siete peldaños para mirar
el pesebre del Niño.
¿Dónde está la voz de esos niños
y sus juegos dónde están?
¿Los carburantes pueden ser más importantes
que miles de miradas de niños de vientres vacíos?
Acá, en el pórtico de una iglesia cercana
el cansancio de un anciano
busca tenderse sobre la piedra fría y dura
sin haber sabido siquiera
cuándo fue la Navidad
pues la gente corría comprando obsequios
para ofrecerse unos a otros
pero Jesús no estaba presente.
o tal vez nadie lo veía entre tantas luces
y paquetes cuidadosamente envueltos
y encintados.
¿Qué nos pasó, niño de Belén?
¿Dónde está tu redención?
¿Quedó acaso en nuestras cuentas de ahorro
o tarjetas de crédito?
¿En las intenciones de los poderosos?
¿En nuestro consumismo desbordado?
¿Dónde la solidaridad, la paz y unidad?
¿Qué hicimos con la belleza, el amor y la verdad?
¿Y mi fe dónde está?
Vicente Corrotea A.
Imagen tomada de Google
medio derribado,
alguien entonó un villancico,
nadie rezó su novena.
Sus hermanitos negros y blancos corren dispersos
arrancando de fuegos amigos y enemigos
y los cuerpos destrozados de sus padres
con sus manos frías,
inmóviles como tardes de invierno,
ya no los encontrarán.
¿Dónde está el niño de Belén
ese que era admirado por todos,
consolaba a los viejos
y fascinaba a los pequeños?
Tal vez tenga miedo de volver,
miedo de ver a los que antes fuimos niños,
al fuego cruzado de mentiras, injusticias
y al abandono de miles de pequeños,
muchos degradados por los que antes
subieron los siete peldaños para mirar
el pesebre del Niño.
¿Dónde está la voz de esos niños
y sus juegos dónde están?
¿Los carburantes pueden ser más importantes
que miles de miradas de niños de vientres vacíos?
Acá, en el pórtico de una iglesia cercana
el cansancio de un anciano
busca tenderse sobre la piedra fría y dura
sin haber sabido siquiera
cuándo fue la Navidad
pues la gente corría comprando obsequios
para ofrecerse unos a otros
pero Jesús no estaba presente.
o tal vez nadie lo veía entre tantas luces
y paquetes cuidadosamente envueltos
y encintados.
¿Qué nos pasó, niño de Belén?
¿Dónde está tu redención?
¿Quedó acaso en nuestras cuentas de ahorro
o tarjetas de crédito?
¿En las intenciones de los poderosos?
¿En nuestro consumismo desbordado?
¿Dónde la solidaridad, la paz y unidad?
¿Qué hicimos con la belleza, el amor y la verdad?
¿Y mi fe dónde está?
Vicente Corrotea A.
Imagen tomada de Google